Noticias 43 – 13
Reseñas
- Acocella, Nicola (2022): Economic Policy in the 21st Century The Four Great Challenges. Cambridge U.P. (ISBN: 978-1009209151), pp. 256
(por Juan Francisco Albert, Departamento de Economía aplicada, Universidad de Valencia)
Nicola Acocella en su nuevo libro realiza un análisis exhaustivo de lo que a su juicio son los cuatro principales problemas para la política económica que han surgido o se han agravado en los últimos años. Estos son los cambios producidos en las graves y recientes crisis económicas – Gran Recesión y la crisis de la Covid-19- , el estancamiento económico, las desigualdades y la globalización. De acuerdo con el libro, estos problemas no son nuevos y coexisten en las economías avanzadas durante mucho tiempo, pero se han agravado en las últimas décadas, lo que ha generado una serie de desafíos que requieren una acción pública efectiva. En este sentido, el libro pone el énfasis en cómo muchas herramientas tradicionalmente utilizadas en la acción pública se han vuelto ineficaces debido a los cambios producidos por diversas circunstancias.
En el primer capítulo se abordan las causas y consecuencias de las crisis recientes poniendo especial énfasis en el impacto sobre la Eurozona. Como es bien sabido, a partir del año 2008, muchas áreas del mundo y particularmente Europa, sufrieron una de las mayores crisis financieras de la historia con consecuencias devastadoras en los niveles promedio de ingresos y empleo. Acocella aborda esta cuestión explicando como el efecto de la explosión de la burbuja financiera en los Estados Unidos se transmitió rápidamente por la zona euro y muchos otros países desarrollados, pero las consecuencias fueron más largas y notables al otro lado del atlántico. El autor examina los determinantes y la evolución de la crisis financiera tanto en Estados Unidos como en Europa. Aunque la desregularización financiera era un denominador común en ambas áreas, el tipo de sistema financiero de la eurozona que carecía de control, supervisión e instrumentos de rescate comunes agravó la situación en las economías europeas. Otros factores señalados fueron los desequilibrios financieros que aparecieron en la zona euro como consecuencia de la formación de un área monetaria liderada por Alemania y su modelo exportador y la ausencia de políticas activas comunes para hacer frente a una crisis asimétrica. Las consecuencias de este evento también son sobradamente conocidas: desempleo, pobreza, desigualdades y ratios de déficit y deuda elevados. El libro se muestra crítico con la gestión de la política fiscal y el cumplimiento estricto del Pacto de Estabilidad y Crecimiento que, según la opinión del autor, solo hizo que agravar el problema y profundizar una crisis deflacionaria. En la segunda parte del capítulo se aborda la crisis de la pandemia. Esta quizá sea la parte menos interesante del libro dado que el libro fue escrito durante los meses duros de la pandemia y con anterioridad a la aparición de las vacunas. El autor hace un pronóstico nada halagüeño sobre la gravedad y duración de las consecuencias económicas de esta crisis sanitaria que afortunadamente y con la claridad que nos da el paso del tiempo, podemos afirmar que no se han cumplido.
El capítulo 2 aborda el problema del estancamiento. Precisamente, uno de los fenómenos que se ha hecho más visible a partir de la crisis de 2008 ha sido el estancamiento secular, es decir, la tendencia de la tasa de crecimiento del PIB a disminuir a largo plazo. Acocella señala que la tasa de crecimiento de los países avanzados cayó en 1 punto porcentual en los treinta y cinco años después de 1971 y apunta algunas de las causas que se han debatido en la literatura económica en los últimos años. Aquí el autor señala dos hipótesis: (1) las lentas recuperaciones económicas que históricamente siguen a las crisis de carácter financiero y que podrían explicar las bajas tasas de crecimiento en los últimos 15 años; (2) la caída del tipo de interés natural que se ha producido por un menor apetito de inversión global y mayores deseos de ahorro. Sea como fuere, tal situación requiere de una batería de nuevas políticas y un replanteamiento de la política económica que van desde el fortalecimiento del presupuesto público, políticas monetarias no convencionales, coordinación de la política fiscal con la política monetaria, limitar el poder oligopólico de las grandes empresas o cambios en la edad de jubilación.
En el capítulo 3, el autor pone el énfasis en uno de los desafíos más recurrente de los últimos años: el aumento en los niveles de pobreza y desigualdad. En esta línea, se apuntan algunos potenciales responsables como las políticas de liberalización de los mercados de trabajo, bienes y capitales aplicadas desde 1980, la reducción de la presión fiscal sobre la renta y el patrimonio, la digitalización, el propio efecto de las crisis o el envejecimiento poblacional. Asimismo, se subrayan los efectos perniciosos que pueden tener las desigualdades sobre el crecimiento económico. Por un lado, la reducción en la propensión marginal a consumir global, que, entre otros efectos, puede intensificar el estancamiento secular. Por otro lado, una trampa perpetua de pobreza que reduzca los niveles de educación, la productividad y el crecimiento futuro.
La globalización se trata en el capítulo 4. Aquí se apunta que algunos aspectos de la globalización presentan ventajas, al fomentar una relación más estrecha entre las economías e incentivar el comercio internacional. Sin embargo, estos no están carentes de inconvenientes, como el aumento del grado de monopolización debido a la formación de oligopolios o monopolios internacionales, resultado de ciertos movimientos de capital. Por otro lado, los desplazamientos internacionales de personas ofrecen potenciales beneficios por diversas razones, como lo demuestra la experiencia histórica. No obstante, su concentración en el espacio y el tiempo puede generar problemas económicos, sociales y políticos significativos. Por último, el incremento en el intercambio global de bienes ha provocado en algunos casos la obsolescencia de antiguos oficios y profesiones, teniendo un impacto negativo en la distribución del ingreso. Estos efectos se atribuyen en gran medida a la falta de instituciones capaces de regular la globalización, ya que en el mundo real esta función recae casi exclusivamente en la libre operación de los mercados
En el capítulo 5 se exploran las interrelaciones entre los cuatro fenómenos económicos previamente analizados. El libro intenta abordar y debatir los nuevos instrumentos de política económica surgidos en respuesta a los desafíos actuales. Sin embargo, una de las principales limitaciones del libro es su rápida obsolescencia, a pesar de estar recientemente publicado. No aborda, por ejemplo, los riesgos geopolíticos ni el aumento de la inflación experimentado en los últimos años. También carece de suficientes referencias al cambio climático, sorprendiendo la ausencia de un capítulo dedicado íntegramente a este tema.
En resumen, se trata de una obra divulgativa que aborda algunos desafíos contemporáneos y puede servir como una introducción inicial a los temas tratados para estudiantes o el lector menos familiarizado con estas temáticas. Sin embargo, para los más versados, las discusiones muchas veces carecen de profundidad. Para aquellos familiarizados con la obra del autor, gran parte del libro reproduce y actualiza contribuciones previas realizadas por Acocella.
- Economistas frente a la crisis (2023): Economía, política y ciudadanía. Reformas estructurales para una década de progreso. Libro de la catarata, Madrid (ISBN: 978-8413528878) pp. 256
(por Carlos Ochando Claramun, Departamento de Economía aplicada, Universidad de Valencia)
Economistas frente a la crisis nació en septiembre de 2011 como una plataforma informal de economistas críticos preocupados, en ese momento, con el diagnóstico y principios con los que se estaba gestionando la crisis del 2008. Declaraban su clara oposición a las respuestas y soluciones que implicaban ajustes fiscales y sociales recetadas para combatir la crisis financiera. En septiembre del 2013 se constituyeron como asociación sin ánimo de lucro y han seguido defendiendo los mismos principios políticos y académicos originales. A día de hoy el presidente es Jorge Fabra Utray (economista y doctor en Derecho) y sus vicepresidentes Cecilia Castaño Collado (catedrática de Economía Apllicada de UCM) y Antonio González González (consejero del CES). En la página web https://economistasfrentealacrisis.com. se pueden consultar multitud de artículos de opinión y trabajos sobre los temas económicos de máxima actualidad. Pues bien, ese trabajo de divulgación y pensamiento crítico de la asociación ha adquirido la forma de un libro de reciente publicación. Economía, política y ciudadanía: reformas estructurales para una década de progreso es una recopilación de trabajos y estudios de los principales miembros de la asociación y pretende recoger un amplio abanico de temas (y de políticas) económicos que articulen una cierta arquitectura de programa económico progresista para la situación actual de la economía española. Esta ambición es su mayor virtud, pero también su principal debilidad. Como todo libro compuesto por la recopilación de trabajos heterogéneos y de diversos autores, el libro en cuestión se muestra un poco irregular en la profundidad con que los autores tratan los temas. La ventaja: que el lector encontrará en un mismo libro el tratamiento de las principales políticas económicas y sociales que articulan el debate actual sobre las reformas necesarias para nuestro país. Sería extenso repasar uno por uno los 14 capítulos en los que consta el libro. Enumeraré los 14 temas tratados en el libro, para, posteriormente, centrarme en algunos particularmente interesantes para los lectores interesados en el análisis de la política económica.
Los temas tratados en el libro, por orden, son los siguientes: el cambio de paradigma de la política económica (José Moisés Martín), la transformación del modelo productivo (Ignacio Muro), economía y ecología (Cristina Narbona), la economía de los cuidados (Cecilia Castaño, María Ángeles Sallé, Lina Gálvez y Ruth Rubio), la transición digital y la desigualdad territorial (Ignacio Muro), la demografía (Juan Antonio Fernández), la coordinación entre la política monetaria y la fiscal (Carles Manera), la fiscalidad (Juan Gimeno Ullastres), la regulación de la electricidad (Jorge Fabra), las relaciones laborales colectivas (Antonio González), la reforma empresarial para democratizar la economía (Mónica Melle), la vivienda (Julio Rodríguez), los presupuestos desde una perspectiva de género (Gloria Alarcón) y la sanidad pública tras la pandemia (Emili Ferrer). Como se puede observar, la amplitud de los temas es enorme. Como he apuntado con anterioridad ese rasgo concede al libro una gran virtud (se tratan casi todos los temas para un programa de política económica y social progresista), pero también una gran debilidad (la superficialidad y escasa profundización con que se tratan algunos de ellos. Voy a detenerme en los capítulos que me han parecido más interesantes, también desde la perspectiva de un lector interesado en el análisis de la política económica.
Sin duda uno de los capítulos más interesantes es el primero (“¿Un cambio de paradigma? La política económica en los últimos años”) realizado por José Moisés Martín Carretero. El autor resume en cuatro bloques los principales cambios que ha sufrido la política económica en los últimos años: 1) la limitación de la globalización (auge del concepto de “autonomía estratégica”); 2) el retorno de la política industrial; 3) la búsqueda de un nuevo pacto social y 4) la reformulación de la política de estabilización macroeconómica. Son significativas las preguntas con que el autor acaba su capítulo: “¿fin del neoliberalismo?” y “¿y ahora, qué?”, con lo cual parece dejar caer que no tiene claro que los pasos que se han dado en la academia para reformular una política económica diferente a las recetas tradicionales del “mainstream” se vayan a consolidar en el futuro.
En el capítulo 2, Ignacio Muro Benayas (“Una oportunidad única para transformar el modelo productivo”) plantea que “los países desarrollados, pugnan para conseguir ventajas comparativas en un nuevo escenario de reubicación de las cadenas de valor y de especialización productiva vinculadas a las transiciones ecológicas, digitales y demográficas” (p. 40). También España, que según el autor tiene una oportunidad única con la llegada de los fondos Next Generation europeos. Lo interesante del capítulo es que el autor muestra (y cuantifica) en qué cinco sectores nuestro país está concentrando los fondos: 1) sectores punteros como los chips de nueva generación en el campo de la microelectrónica e hidrógeno verde; 2) energías renovables, digitalización del ciclo del agua, economía circular y descarbonización; 3) sector industrial (vehículo eléctrico, naval, aeronaútico, agroalimentario); 4) nueva economía de la lengua, sistemas de salud de vanguardia, economía social y de cuidados e 5) infraestructuras asociadas al sector de la construcción.
Otro capítulo interesante, por la tesis que defiende, es el de Juan Antonio Fernández Cordón (“Algunos problemas sociales relacionados con la demografía”). El autor da la vuelta al argumento del declive demográfico, afirmando que no existe tal, sino un nuevo modelo demográfico que no tiene por qué suponer un gran problema social, económico y político. Especialmente, para las pensiones públicas, rebatiendo, de esta manera, la manida crisis financiera de las pensiones por la “bomba demográfica”. Para Fernández Cordón una de las soluciones es un flujo de llegadas de inmigrantes, eso sí, ordenado. Podríamos resumir su tesis en la siguiente cita: “puede afirmarse que España no tiene un problema demográfico siempre que puedan llegar inmigrantes. Lo cual no va a impedir un cierto envejecimiento de la población, esencialmente debido a la mayor longevidad, pero los vaticinios catastróficos de los recortadores del gasto público dejan de ser creíbles” (p. 92).
Sin duda, otro de los capítulos interesantes para los estudiosos de la política económica es el séptimo, realizado por Carles Manera y que lleva por título “Crecimiento, inflación, inversión. Por una necesaria coordinación entre política monetaria y política fiscal”. Podríamos resumir en los siguientes enunciados la propuesta de política económica del autor: 1) la importancia de la inversión pública; 2) la imprescindible coordinación entre la política fiscal y la monetaria (“porque política monetaria y política fiscal son dos caras de una misma moneda. Ambas se retroalimentan, se influyen, se comunican” (p.121); 3) una política fiscal más expansiva (“los proyectos económicos conocidos de Joe Biden marcan el camino: más gasto público en infraestructuras, en investigación, en políticas sociales y sanitarias, con elevación de la deuda y del déficit” (p.125) y 4) perder el “miedo a los mercados” en el sentido de abandonar la rigidez monetarista o la ortodoxia presupuestaria.
El trabajo de Juan Gimeno Ullastres (“Financiación pública. Fiscalidad suficiente”) también es interesante para los estudiosos de la política económica, especialmente, para los dedicados a la política fiscal y tributaria. En mi opinión, es excesivamente esquemático y adolece de una cierta profundidad en sus propuestas. Resumamos (todavía más) lo que plantea el autor: 1) mejorar la eficiencia del gasto y la lucha contra la evasión y el fraude;2) no subir o bajar impuestos, sino eliminar privilegios (de las rentas de capital financiero frente a las del trabajo; de las grandes empresas respecto a las PYMES; de las transacciones financieras frente al resto ;3) simplificar los tributos; 4) nuevos tributos y tareas (tasa sobre transacciones financieras, impuesto especial sobre beneficios de empresas con un control excesivo del mercado, mínimo de la tributación empresarial por encima del 15%, eliminación gradual del régimen de estimación objetiva de rendimientos empresariales e imposición verde).
Para finalizar, reseñaremos un último capítulo que nos ha parecido interesante. Se trata del capítulo 10 (“Reequilibrar el papel del trabajo en las relaciones laborales colectivas”), realizado por Antonio González. Es interesante tanto por la información empírica y estadística, como por sus propuestas. El autor comienza con un diagnóstico de la debilidad de las relaciones laborales en España, elemento estructural de los desequilibrios sociales y económicos. Este diagnóstico lo descompone en las siguientes evidencias: 1) la escasa participación de las rentas salariales en la distribución de la renta; 2) salarios reales estancados durante 25 años; 3) las rentas salariales han sido las más perjudicadas por la inflación; 4) persistente exceso de oferta de trabajo, causa de la máxima “holgura laboral”; 5) la polarización del empleo retroalimenta la debilidad del trabajo. Tras esas “evidencias”, el autor enumera algunos de los espacios de intervención para las reformas pendientes. Concretamente, 1) el bajo nivel de protección del empleo frente a los despidos; 2) la desproporcionada y unilateral capacidad del empresario en la determinación y rebaja de las condiciones de trabajo en la empresa; 3) la dificultad de los empresarios para asumir la defensa de los asalariados; 4) las limitaciones de contenidos en los convenios; 5) la representación sindical en las categorías cualificadas; 6) la carencia de un sistema general de participación colectiva real de los trabajadores en las decisiones que les afectan y 7) la ausencia de instituciones que apoyen a los negociadores de los convenios colectivos.
Hemos dejado de comentar algunos capítulos que, sin duda, pueden ser de gran interés para el estudioso de las políticas económicas y sociales. Razones de espacio nos obligan a ello. En resumen, pensamos que el libro puede resultar interesante en un doble sentido: a) armar la arquitectura de un nuevo programa de política económica más justo, equitativo y progresista y 2) desde el punto de vista didáctico, algunos capítulos pueden servir de bibliografía para los estudiantes de economía y sociología interesados en estos temas, ya que compila lecturas comprensibles y fáciles de leer, pero muy interesantes para estimular el debate en las aulas.
Una última reflexión: sería muy interesante contrastar las propuestas del libro con las realizadas por otros cuatro libros de reciente publicación y de muy similares características: a) Roldán, T., Galindo, J., Cortázar, L. y Raigada, T (Coords.) (2023): Un país posible. Manual de reformas políticamente viables. (Ed. Deusto); 2) Beneyto, J. M. y Pampillón, R. (Coord.) (2023): La alternativa. Desafíos políticos y económicos en el nuevo ciclo (Ed. Deusto); Buendía, L. (Ed.) (2023): El papel del Estado en la economía. Análisis y perespectivas para el siglo XXI (Ed. Fuhem-La Catarata) y Garrido-Yserte, R y Mancha, T. (Coords.)(2022): Repensar el futuro. Tendencias y desafíos de una economía pos-COVID. (Ed. Catarata). Queda pendiente la tarea para el futuro.