Noticias 44 – 7
Políticas económicas estructurales
Trabajadores autónomos y política estatal de fomento del trabajo autónomo
(por Lluís Franco Sala, Profesor Titular de Economía Aplicada, Universidad de Barcelona)
Se resalta de manera continua, especialmente desde los poderes públicos, que los trabajadores autónomos tienen una gran importancia económica, social y laboral. Se indica con razón que son uno de los motores económicos del país y una pieza esencial de la economía. Además, favorecen la cohesión social, impulsan la innovación, representan el espíritu emprendedor, etc.
En las siguientes líneas, se expone la evolución de los trabajadores autónomos en España entre los años 2013 y 2023, según la Encuesta de Población Activa (EPA) y los registros de afiliados por cuenta propia (se incluye el régimen especial de trabajadores autónomos, RETA, y los afiliados por cuenta propia del régimen especial de trabajadores del mar), así como se analiza la política de fomento y consolidación del trabajo autónomo desarrollada desde el ámbito estatal.
- Importancia de los trabajadores autónomos en el mercado de trabajo
El trabajo autónomo genera y representa muchos puestos de trabajo en la economía española. Los trabajadores por cuenta propia, tanto en la EPA como en los registros de afiliación de la Seguridad Social, siempre superaron los tres millones durante el período 2013-2023.
Según la EPA, como se observa en el gráfico G1, el número de trabajadores por cuenta propia aumentó de 3.060.700 en el 2013 a 3.212.200 en el 2023. Si bien su número disminuyó levemente en el 2014, subió ligeramente en el 2015, más o menos se mantuvo hasta el 2020 y desde el 2021 tiene incrementos.
Atendiendo a los registros de la Seguridad Social, el total de afiliados por cuenta propia aumentó de 3.040.900 en el 2013 a 3.342.800 en el 2023. Este incremento es continuo a excepción del 2020 donde se produjo una pequeña reducción (gráfico G1).
Si se compara la evolución del número de trabajadores por cuenta propia con la del total de ocupados en el período 2013-2023, según la EPA, se observa que proporcionalmente la subida de trabajadores por cuenta propia (4,95%) fue inferior a la del total de ocupados (23,59%). Los trabajadores por cuenta propia se mantienen con pocas variaciones entre el 2013 y el 2020, para aumentar del 2021 al 2023. En cambio, el total de ocupados aumenta todos los años, excepto en el 2020.
Al comparar la evolución del total de afiliados por cuenta propia con la del total de trabajadores afiliados en el período considerado, se aprecia que proporcionalmente el aumento de afiliados por cuenta propia (9,93%) es inferior a la del total trabajadores afiliados (26,62%). En ambos casos, en todos los años hay aumentos, excepto una breve reducción en el 2020.
En términos de EPA, al tener un incremento mayor el total de ocupados que el de trabajadores por cuenta propia, supuso una pérdida del peso relativo de los trabajadores por cuenta propia en relación con el conjunto de la población ocupada. En concreto, pasó del 17,86% (2013) al 15,16% (2023). Y según los registros de afiliación de la Seguridad Social, las evoluciones del total de trabajadores afiliados y de los afiliados por cuenta propia significó que, entre el 2013 y el 2023, su peso relativo se redujera del 18,74% al 16,27% (gráfico G2).
Las cifras expuestas muestran que los trabajadores por cuenta propia tienen un peso muy notable dentro del total de ocupados de la EPA o del total de trabajadores afiliados a la Seguridad Social. Se situaron entre el 15,16% y el 18,85% del total de ocupados o afiliados (según fuente y ejercicio) en los años 2013-2023. Sin embargo, su peso relativo fue disminuyendo de manera progresiva en -2,70 puntos porcentuales en términos EPA y en -2,47 puntos porcentuales en los registros de la Seguridad Social.
- Perfil de los trabajadores autónomos
El análisis de las características de los trabajadores por cuenta propia de este apartado se centra en los denominados trabajadores autónomos, personas físicas. También considerados como “trabajadores autónomos propiamente dichos”. Comprende a los afiliados a la Seguridad Social del régimen especial de trabajadores autónomos (RETA) y los del régimen especial del mar por cuenta propia; excluyendo de los mismos a los que están integrados en sociedades mercantiles, cooperativas o cualquier otra forma societaria, los que constan como colaboradores familiares y los registrados en algún colectivo especial de trabajadores. Los trabajadores autónomos, personas físicas, representaban más del 60% de los trabajadores autónomos en el período considerado como se observa en el cuadro C1.
Los trabajadores autónomos, personas físicas, afiliados en el RETA (2.006.774) y en el régimen especial de trabajadores del mar por cuenta propia (9.544) eran en total 2.016.318 a 31 de diciembre del 2023. El cuadro C2 muestra las características de estos trabajadores autónomos y como han variado entre el 31 de diciembre de 2013 y el 31 de diciembre de 2023.
Las características de los trabajadores autónomos, personas físicas, a 31 de diciembre de 2023, y su evolución en el período 2013-2023 son:
- Según el género, los varones representaban el 63,21% y las mujeres el 36,79%. Las mujeres aumentaron 2,88 puntos porcentuales su participación en el período considerado.
- Por edades, los trabajadores autónomos, personas físicas, de 40 a 54 años eran los mayoritarios (44,35%); seguidos de los de 55 años o más (30,08%), los de 25 a 39 años (23,46%) y los menores de 25 años (2,11%). Entre el 2013 y el 2023, incrementaron los de 55 años o más (5,30 p.p.). Mientras disminuyeron las franjas de 25 a 39 años (-4,51 p.p.) y de 40 a 54 años (-0,92 p.p.). Los menores de 25 años prácticamente mantuvieron su participación en el total (creció en 0,14 p.p.). Estos datos reflejan el envejecimiento de estos trabajadores
- Los de nacionalidad española representaban el 85,66% y los autónomos de nacionalidad extranjera el 14,34%. La proporción de extranjeros aumentó en 6,82 puntos porcentuales.
- Según los sectores de actividad, la mayoría trabajaba en el sector servicios (73,81%), seguidos de la construcción (11,55%), la agricultura (10,65%) y la industria (3,99%). En el período 2013-2023, la participación aumentó en los servicios (1,41 p.p.) y en la construcción (1,24 p.p.). En cambio, se redujo en la agricultura (-1,91 p.p.) y en la industria (-0,74 p.p.).
- Por el tiempo en alta en la Seguridad Social, la mayoría llevaba más de 5 años (57,13%), seguidos de 1 a 3 años (17,24%), de 3 a 5 años (11,58%), menos de 6 meses (7,42%) y, finalmente, de 6 a 11 meses (6,62%). Entre el 2013 y el 2023, destaca la reducción del peso relativo de los que llevaban más de 5 años (-3,80 p.p.), si bien aumentaron significativamente los que se encontraban de 3 a 5 años (2,77 p.p.) y de 1 a 3 años (2,17 p.p.). Asimismo, disminuyeron su participación en menos de un uno por ciento los de menos de 6 meses (-0,93 p.p.) y los de 6 a 11 meses (-0,21 p.p.).
- La gran mayoría de los trabajadores autónomos, personas físicas, no tenían pluriactividad. Los que no simultaneaban su actividad de autónomos con otra por cuenta ajena eran el 92,48% y los que tenían pluriactividad representaban el 7,52%. Los que tienen pluriactividad crecieron 3,10 puntos porcentuales.
- Cuatro de cada cinco trabajadores autónomos, personas físicas, no tenían personas trabajadoras asalariadas. Los que no tenían trabajadores asalariados representaban el 79,53% y los que sí que tenían trabajadores asalariados a su cargo eran el 20,47%. El total de personas asalariadas que tenían contratadas eran 848.005 a 31 de diciembre de 2023. Los autónomos, personas físicas, con personas asalariadas a su cargo disminuyeron en -0,21 puntos porcentuales en el período considerado.
De conformidad con los datos expuestos en los párrafos anteriores, los perfiles predominantes de los trabajadores autónomos, personas físicas, en España durante los años 2013-2023 eran: varones, de entre 40 y 54 años, de nacionalidad española, del sector servicios, con más de 5 años de alta en la Seguridad Social, sin pluriactividad y sin asalariados a su cargo.
- La política estatal de fomento del trabajo autónomo
La política de fomento del trabajo autónomo tiene como objetivo potenciar el inicio y posterior desarrollo de actividades económicas y profesionales por cuenta propia. Para ello se utilizan diversos instrumentos. Esta política, y las medidas en las que se concreta, se encuentran recogidas en una pluralidad de normas, entre las que destaca la Ley 20/2007, de 11 de julio, del Estatuto del trabajo autónomo (LETA), que precisamente dedica su Título V al “fomento y promoción del trabajo autónomo”. Así como en los Planes anuales de política de empleo (dentro de su eje 5, “emprendimiento”) y, en la actualidad, en la Estrategia Nacional de Impulso del Trabajo Autónomo 2022-2027 (ENDITA).
Los principales instrumentos y medidas que se aplican para el impulso y la promoción del trabajo autónomo desde el ámbito estatal son:
a ) Las bonificaciones y reducciones en las cotizaciones a la Seguridad Social. Son muy utilizadas y hay una gran variedad atendiendo al alta de la actividad, a ciertos colectivos, a determinadas zonas, a determinadas situaciones personales o familiares, a la conciliación de la vida laboral y familiar, al alta de familiares colaboradores del trabajador autónomo, a la contratación de familiares, o a la contratación de trabajadores.
b) La capitalización de las prestaciones por desempleo. Esta medida consiste en que los beneficiarios de prestaciones por desempleo de carácter contributivo puedan capitalizar su prestación con el objetivo de realizar una actividad por cuenta propia.
c) La compatibilización o la suspensión de la prestación por desempleo con el inicio del trabajo por cuenta propia. Consiste en que los beneficiarios de la prestación por desempleo de carácter contributivo puedan mantener el cobro de esta con el inicio del trabajo por cuenta propia. O bien puedan suspender la prestación por desempleo para iniciar una actividad por cuenta propia, y si ésta no prospera dentro de un determinado período de tiempo, reanudar la percepción de esta prestación.
d) El apoyo financiero. Entre las ayudas económicas en este ámbito cabe distinguir: subvenciones para establecerse como trabajador autónomo; subvenciones financieras (cubren algunos puntos del tipo de interés de los créditos); ayudas para asistencia técnica; y subvenciones para formación. La gráfica G3 representa el número y los importes de las ayudas a la promoción de empleo autónomo concedidas entre los años 2013 y 2022, correspondientes a las actuaciones establecidas por el Ministerio de Trabajo y Economía Social.
Estas ayudas económicas no fueron ni numerosas ni cuantiosas en comparación con el número de trabajadores por cuenta propia, si bien se incrementaron en el conjunto del período analizado. Asimismo, se dedicaron fundamentalmente a las subvenciones por establecimiento (83,11% de las ayudas y 72,45% de los importes) y, en menor medida, a las subvenciones financieras (15,60% de las ayudas y 24,07% de los importes).
e) La formación. Existen numerosas acciones formativas que llevan a término tanto entidades públicas como privadas para mejorar la capacitación de los trabajadores por cuenta propia.
f) La información y el asesoramiento técnico. La aplicación de estos instrumentos pretende informar al trabajador autónomo, por un lado, entre otras cuestiones, sobre el conjunto de ayudas e incentivos existentes al emprendimiento en general y al autoempleo en particular. Y, por otro, facilitar la asistencia técnica a este colectivo.
g) Otros instrumentos y medidas. Entre los mismos se encuentran las medidas fiscales o la compatibilización del trabajo por cuenta propia con la percepción parcial de la pensión de jubilación.
Durante la pandemia de Covid-19, se establecieron numerosas medidas de urgencia dada la situación, las cuales progresivamente han ido desapareciendo junto con la mejora de la situación que las originó.
Finalmente, hay que señalar que la política estatal de fomento del trabajo autónomo, entre el 2013 y el 2023, aplicó una pluralidad de instrumentos y de medidas de conformidad con lo que establecen la normativa y los Planes anuales de política de empleo, siendo muy repetitiva todos los años (a excepción de las medidas de urgencia relacionadas con la pandemia de Covid-19). Por otro lado, los recursos económicos que se dedicaron fueron más bien escasos, si se considera el número de trabajadores por cuenta propia existentes y la importancia económica, social y laboral que tiene el trabajo autónomo.