Noticias 46 – 7

Políticas económicas estructurales

Una política económica fundamentada en la tecnología. Algunas ideas sobre el informe Draghi

(por Gumersindo Ruiz Bravo de Mansilla  -Euroval y Universidad de Málaga- y  Clara Ruiz Castañer – Universidad de Málaga-)

En la parte primera de esta nota destacamos las ideas de política del Informe Draghi para dar impulso a la competitividad europea. Y en la segunda vemos su interpretación dentro del conocido enfoque de objetivos-instrumentos de Política Económica, pues plantea objetivos a diferentes niveles, sociales y económicos, y unos instrumentos o políticas para conseguirlos. Sin embargo, argumentamos que, aunque el Informe es muy útil como análisis detallado del desarrollo tecnológico y como propuesta de política para la UE, no se establece una relación formalizada entre objetivos e instrumentos y entre políticas sectoriales y horizontales. Desde luego, este tipo de relación no está en el propósito del Informe, pero, en cualquier caso, al tratarse de una propuesta que se identifica claramente con políticas para alcanzar un liderazgo tecnológico, resulta de interés analizarla desde nuestra perspectiva de Política Económica.

 

Parte I. Informe Draghi: Ideas para una política

“If Europe cannot become more productive, we will be forced to choose among leadership, climate responsibility, independence on the world stage, or the social model. We will have to scale back some, if not all, of our ambitions. This is an existential challenge”. 

Mario Draghi

Entre la política industrial y la digital

El Informe no parte de una visión catastrofista, pues Europa tiene una buena educación, sanidad, estado de bienestar, y un sistema financiero y economía sólida, pero es indudable que cuando nos comparamos con Estados Unidos, China o Japón, en cuestiones tecnológicas concretas, aparecen debilidades que pueden llevar a una Europa anémica, haciendo difícil compaginar los objetivos de crecimiento, empleo y bienestar social, con una economía medioambientalmente sostenible.

Por ejemplo, el gasto público en investigación y desarrollo como porcentaje del producto es similar al de Estados Unidos, pero las empresas europeas invierten poco. Del total de investigación y desarrollo (I&D) es privado el 81% en Estados Unidos, 76% en China, y sólo el 67% en la UE. Además, las empresas no abordan tecnologías punta; las tres que más invierten en Europa son Volkswagen, Mercedes Benz y Bosch, el sector del automóvil sigue siendo el primero, igual que hace 20 años, mientras que en Estados Unidos la inversión ha cambiado a tecnológicas como Alphabet, Meta, y Microsoft. En esta disyuntiva, se trataría de vincular innovación industrial con nuevas tecnologías digitales  de las que dependemos, siendo quizás el mejor ejemplo el Internet de las cosas, que une digitalización y mecánica.

 Si trasladamos esta idea a España vemos que hay una correspondencia entre la relativamente baja inversión y la baja productividad, que se asocia al factor trabajo, con unos índices de inversión en investigación y desarrollo (I&D) y productividad, de 0,75 y 52,5 para España y 1,6 y 55 para la media de EU-27. Estados Unidos está en  2,75 y 75. Sin embargo, Dinamarca con menos inversión en I&D consigue la misma productividad que Estados Unidos, y es similar en Bélgica, Suecia, Austria, y Finlandia, lo que muestra que a determinado nivel, no se trata sólo de invertir más o menos, sino en qué y cómo se invierte, lo que también  abre posibilidades a políticas económicas específicas frente al determinismo de las tecnologías digitales. En el caso de España, aunque sea un lugar común, empresas significativas dedican sus fuertes excedentes financieros no a promover tecnologías punteras (todo lo más las compran), sino al inmobiliario, o a recompra de acciones, lo que sin duda es un sesgo negativo para la innovación.

Objetivos, políticas sectoriales y horizontales

El punto de partida donde se definen los objetivos básicos hace referencia a lo siguiente: Acelerar la innovación para aumentar la productividad, reducir los precios de la energía, continuando la descarbonización y el cambio hacia una economía circular. La estrategia industrial debe apoyarse en un mercado interno más eficiente. Preservar la inclusión social es un objetivo fundamental. Todo lo anterior exige una mejor gobernanza y coordinación en el ámbito europeo.

Con respecto a la gobernanza, que coloquialmente podría decirse que consiste en poner orden en la casa Europa, hay que considerar que en Estados Unidos, Japón, o China, las decisiones son federales o de partido, de gobiernos y parlamentos únicos, aunque haya conflictos espaciales. Pero el fortalecimiento de la gobernanza en la UE requiere un plan conjunto de descarbonización, energía y competitividad, compartiendo objetivos comunes de seguridad y reducción de dependencias.

Un aspecto fundamental de la gobernanza es revisar y controlar fondos y subsidios, y el escrutinio de la toma de decisiones en parlamentos nacionales y autonómicos, para lo que una memoria semestral sería adecuada, proporcionando información común, sistemática y comparable sobre proyectos aprobados, no aprobados, en curso, y gestión de fondos europeos.

El Informe menciona lo que podemos considerar como subobjetivos, que son: Maximizar las fuentes de recursos endógenos a bajo coste. Asegurar la capacidad competitiva y el potencial de diversificación con una normativa y financiación adecuada. Crear los incentivos apropiados para atraer o retener recursos financieros aplicados a los fines anteriores. Revisar la segmentación de nuestros mercados e ir a una estructura de precios que se acerquen a los costes. Armonizar el tratamiento de impuestos y ayudas, sobre todo para sectores expuestos a la competencia exterior.

El Informe utiliza un enfoque convencional de política económica, cruzando políticas sectoriales y horizontales. Las sectoriales son: Energía. Materias primas críticas. Digitalización y tecnologías avanzadas de comunicaciones y cálculo. Industrias intensivas en energía. Tecnologías limpias. Automóvil. Industria de defensa. Industria espacial. Industria farmacéutica. Transporte.

Se fijan objetivos para cada una y se hacen propuestas, cruzándolas con las horizontales que son: Innovación. Formación. Inversiones. Búsqueda de una gobernanza europea más integrada y eficiente.

En la figura vemos la descomposición del crecimiento de la productividad del trabajo, como diferencia entre la UE y Estados Unidos, para el total de la economía destacan dos datos; uno, el crecimiento anual medio de productividad entre los años que se toman es casi el doble en Estados Unidos (1,2 y 0,7). Y la diferencia del crecimiento anual de productividad es algo más de 0,5 puntos porcentuales. Vemos las diferencias entre sectores, y cómo sólo en cinco de ellos es superior en la UE a Estados Unidos.

Cómo posicionarse competitivamente en tecnología

Si nos preguntamos dónde puede un país, región, o ciudad posicionarse, tenemos dos variables a considerar: una, la complejidad de la tecnología; y otra, la ventaja por proximidad a tecnologías locales existentes. De las catorce tecnologías que se analizan, la más compleja es el Internet de las cosas, porque tiene software y mecánica, y aquí China es la primera; comparando China y USA con la UE, las dos nos aventajan excepto en computación quantum, y también somos líderes, junto con China, en energías limpias. Sacamos dos ideas: una, que la lista de tecnologías nos sirve para conocer cuáles son los niveles de complejidad, y ver con qué nos atrevemos. La otra, que hay que ser realistas y valorar si nuestro entorno es o no propicio.

La UE es la zona económica más abierta del mundo, por lo que es preciso defender a nuestras empresas frente a USA y China, que cambian las reglas con cualquier pretexto, y confiar en la unidad europea, aunque ocasionalmente un sector nacional pueda sentirse perjudicado. Una fiscalidad y normativa adecuadas a la fuerte competencia exterior es también algo razonable. Se reitera en el Informe la urgencia de articular una acción colectiva para crear en Europa las condiciones para retener y atraer empresas e investigación de nivel. No se trata de incentivos fiscales con los que ingenuamente se pretende fomentar la implantación de empresas, sino de que núcleos locales empresariales, financieros y de investigación, sean un imán para las tecnológicas. Habría que dedicar, pues, todos los recursos posibles a centros de investigación aplicada en tecnologías avanzadas.

Sin embargo, las subvenciones masivas son peligrosas, como ocurre con la energía solar, donde China ha creado una sobre producción mundial. La preocupación por la dependencia energética de Europa es una constante, pues tiene efectos en la cadena de suministros, precio, inflación, y política monetaria. Por eso es importante analizar el precio de la electricidad, que depende de factores identificables, cada uno con su peso, y también susceptible de mejora. En el Informe se aclara que, por ejemplo, el mayor precio de la electricidad para las empresas en la UE, argumento habitual de la menor competitividad, no es un problema de impuestos, y se debe en más de un 50% al peor funcionamiento de las compañías en generación, compra del fuel, mantenimiento y operaciones, inversiones, y contratos desventajosos para los clientes.

En la figura vemos la posición relativa de la UE en tecnologías que van de más a menos complejidad de arriba abajo del eje vertical; y en el eje horizontal se representa la facilidad de más a menor con que puede situarse cada uno en cada tecnología, dependiendo de su capacidad de vincular tecnologías. El tamaño de los círculos representa cómo cada uno se ha especializado en las tecnologías respectivas.

 

Una cuestión de sobrevivencia y el impulso público

En el Informe Draghi se sostiene que la innovación y desarrollo (I&D) es una fuente de bienestar que justifica la inversión pública que se propone; se trata de una cifra colosal, de 800.000 millones de euros, a financiar en buena medida con fondos europeos, pero todo es relativo, y en Estados Unidos el programa The Inflation Reduction Act  para medio ambiente, infraestructuras y tecnología, se mide en millones de millones, y consigue atraer compañías internacionales para las acciones que se licitan. De una forma quizás algo dramática se dice en el Informe Draghi que el liderazgo tecnológico es una cuestión de sobrevivencia para Europa, y de ahí la urgencia de implementar las políticas que se presentan, y con el alcance que se propone.

Las fortalezas europeas en investigación no se reflejan en los mercados de inversión. Las tecnológicas que valen más de mil millones, llamadas unicornios, están el 66% en USA, 26% e China, y 8% en la UE; pero claro, el capital aventurero en el mundo es 52% norteamericano, 40% Chino, y 5% de la UE, de manera que las tecnológicas que empiezan financiándose en Estados Unidos, acaban mudándose a ese país. En el Informe Draghi se proponen cambios en los mercados de capitales, bolsas de valores, emisión de bonos, y dotaciones por valoración por entidades financieras y compañías de seguros, para no penalizar inversiones en compañías innovadoras, que tardan en dar resultados. En efecto, las entidades financieras no tienen incentivos para financiar proyectos que la supervisión bancaria penaliza obligando a realizar provisiones que perjudican capital y reservas y la capacidad crediticia general de la entidad. Y lo mismo ocurre con sus reservas, en la inversión por compañías de seguros.

En el Informe Draghi se insiste en que la inversión pública en I&D es alta en la UE, pero  fragmentada y sin coordinación, y sin embargo tenemos el éxito del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN), de 1954, con 23 países miembros. La UE es referencia en la partículas físicas de alta energía y aquí se descubrió la famosa partícula Higgs Boson, uno de los misterios de la materia; no hay en todo el mundo un aparato como el Large Hadron Collider, que ha dado beneficios sociales en el tratamiento del cáncer, resolución médica de imagen, o cables superconductores; ni debemos olvidar que la familiar World Wide Web  (la www) se inventó y aplicó en Europa. Pero, por el contrario, el multimillonario programa Horizonte Europa se disuelve por países, regiones y comunidades, y sus ministerios y consejerías; de los principales núcleos de innovación en ciencia y tecnología cinco están en Asia, y el sexto en San José-San Francisco, no hay ninguno en España, y aunque es muy importante el de aeronáutica de París, y otros industriales europeos, no tienen poder de atracción suficiente en tecnologías digitales.

Es peculiar que en el Informe aparezca una llamada, que podría considerarse fuera de contexto, a que los impuestos sobre la renta deben ser reducidos para clases bajas y medias, que son las que actualmente soportan el sistema fiscal en Europa. Pero ya que el Informe tiene como base una intervención pública de envergadura, tiene sentido que se recuerde este aspecto de quién paga, en definitiva, por la innovación.

Recogemos en la figura lo que representa respecto al PIB la inversión en R&D de empresas, gobiernos, y centros de investigación, así como (parte gris) lo que viene del resto del mundo.

 

Regulación e innovación

Entre las muchas ideas de interés del Informe Draghi están sus reflexiones sobre la innovación tecnológica. Como información adicional y específica al tema que tratamos  hay que referirse al Global Innovation Index, 2024 (GII WIPO), para 133 países, que matiza algunas ideas del Informe Draghi, y resulta interesante para valorar nuestra situación en innovación. En este estudio España ocupa el lugar 28, ponderando temas en los que estamos peor, como las instituciones y regulación, pero también la falta de producción creativa en bienes y servicios, y digital, escasa sofisticación financiera y en comercio, y poca ambición creativa de las empresas. Y hay otras donde estamos igual o mejor que nuestro ranking medio de 28, como el capital humano, conocimiento tecnológico, y sobre todo buena infraestructura. El primer lugar del mundo es para Suiza, seguida de Suecia y USA, China es el once. La idea que sacamos y que contraponemos al Informe Draghi es que son países muy distintos, y muestra que la innovación es algo más que desregulación y competencia.

La defensa que se hace en el Informe de la posición europea sobre el medioambiente se matiza con la posibilidad de que la regulación quite capacidad competitiva y de innovación. En Europa la regulación medioambiental ha transformado la producción, la dependencia energética  y sus precios, y con todas sus contradicciones ha transformado la producción de manera irreversible. Tampoco la regulación de contenidos y monopolio de las tecnológicas puede considerarse que vaya contra la innovación, y la salvaguarda de la democracia y el interés público siempre deben ponerse por delante.

Pero no puede ignorarse lo que figura en el Informe Draghi sobre el daño de los cambios frecuentes en la legislación europea y la diferente adaptación a normas nacionales, lo que afecta principalmente a empresas pequeñas y medianas, que no disponen de los medios para el cumplimiento de exigencias regulatorias.  Y propone una Vicepresidencia de valoración del coste del flujo regulatorio, y lleve a cabo una simplificación reguladora; la implementación de un software que procese toda la información y centralice los requisitos a las empresas con una interfaz multilingüe.

En España algunas autonomías tienen dificultades para invertir fondos como los Next Generation, lo que permitiría potenciar la innovación; sin embargo, esto más que a  regulación puede deberse a una ineficaz organización y procesos deficientes. Como parte de una política más eficaz, desde el Ministerio de Economía se sugiere que los gobiernos autonómicos cedan competencias y que la gestión se centralice; pero más fácil será que los países acuerden proyectos de innovación institucionales europeos, directamente financiados por fondos europeos. En este sentido, también desde España, se ha propuesto formar coaliciones de unos pocos países en la UE interesados en proyectos de innovación, que rompa la inercia burocrática que los lastra.

La innovación en el ámbito de la Unión Europea hay que entenderla en el respeto a derechos fundamentales como la información o la salud, protección del consumidor en precios y calidad, competencia justa, y seguridad nacional. Todo esto implica regulación, que puede verse como una restricción o impulsando la innovación sostenible y socialmente útil; pero no es cierto que pueda establecerse una relación lineal entre menos regulación y más innovación.

La Universidad y la tecnología

Destaca en el Informe que la situación europea en la competencia mundial exige mejorar muy significativamente la calidad de la investigación. Los problemas de la Universidad son conocidos: dispersión de medios, escasos centros de muy alto nivel, y una excesiva dedicación a la enseñanza, sin la atención adecuada a investigación de alto nivel.  Si esto se aplica a la diversidad de países que forman la Unión Europea, resulta difícil que se alcance la densidad y número de centros de calidad que serían necesarios.   

En el Informe se menciona la falta de atractivo de la Universidad para personas con talento, con posiciones precarias y mal remuneradas, carreras profesionales lentas, y con escaso desarrollo al final, carga administrativa y docente injustificables, y un ambiente de trabajo e infraestructuras de investigación inadecuadas. Las universidades son pobres, no tienen capacidad ni libertad de contratar, no tienen propiedades ni participan en proyectos y empresas que puedan tener una rentabilidad.

Los indicadores que se suelen tomar son las patentes y las publicaciones, pero ambos tienen defectos en cuanto a su efectiva relación con el desarrollo y aplicación del conocimiento a la producción pública y privada. Hay un hecho fundamental en el escaso desarrollo de tecnología por parte de compañías y el propio sector público en la Universidad.

Poner la investigación e innovación en el centro de las prioridades estratégicas de la UE implica lo siguiente: Enfocar la actividad hacia lo mejor, no la cantidad, a la excelencia en la educación, talento, infraestructura de investigación y presencia accionarial en empresas. Una organización apropiada a lo anterior. Enfocar la actividad en el valor que se añade a la producción. Una escala adecuada, lo que debería llevar a una integración de centros, y no a más dispersión. Apertura a una cooperación global, entendiendo que las posibilidades que se abren no son exclusivamente Estados Unidos y China.

En el Informe se explicita que la investigación debe ir junto con los valores europeos que son: Protección de derechos humanos (en las cadenas de valor). Proteger la norma de la ley y de la democracia (muy significativo en el ámbito de las tecnologías digitales). Integridad y ética en la investigación (como un compromiso entre la responsabilidad social de las compañías y la Universidad). Diversidad, inclusión, igualdad de género (prácticas que pueden considerarse extendidas). Acceso abierto a la ciencia, publicaciones científicas, datos (lo que plantea conflictos en algunos campos de la investigación cuando hay posiciones de oligopolio).

Por último, pero no menos importante, toda innovación relevante ha surgido siempre de investigación básica en el sector público o con su apoyo, y  otra cosa es el desarrollo comercial de la tecnología. En el Informe Draghi se explicita el carácter inclusivo de sus propuestas, sin ignorar el carácter social de la inversión pública, que de tantas maneras la hace posible. La innovación tiene sentido cuando proporciona una prosperidad compartida; se comparten y cubren los costes de transición entre industrias; los de la nueva formación necesaria; y se mira la cohesión geográfica. El modelo tecnológico-social de Suecia, que se menciona, va desde la investigación aplicada, protección social de los investigadores jóvenes, y provisión de vivienda.

Parte II. Los objetivos que se proponen y los instrumentos para alcanzarlos

“The central question of economic policy both qualitative and quantitative is the question of the effectiveness of its various instruments”,

 Jan Tinbergen (1952)

Toma de decisiones: de Jan Tinbergen a otros premios Nobel

Dentro de las limitaciones de esta breve nota podemos comentar el sentido de las propuestas del Informe Draghi y la forma de implementación. Es difícil discrepar del sentido que el Informe da a la mejora en la competitividad europea; los intereses diferentes entre países y sectores, protección sectorial y apertura exterior, independencia y seguridad en algunas producciones o confianza en los mercados internacionales, pueden encontrar acuerdos en el marco de una política común con un apoyo público efectivo, y alineamiento de intereses empresariales. Sin embargo, estando de acuerdo con el relato del Informe, no dejan de plantearse dudas sobre la forma en que se cuantificarían las medidas a tomar, y cuál sería su efecto probable sobre los objetivos que se proponen. Incluso podríamos considerar que las líneas de secuencia o aplicación simultánea de acciones, son válidas, aunque no se detalle.

La relación entre objetivos e instrumentos en Política Económica se establece por primera vez por Jan Tinbergen (1952), influido por Ragnar Frisch en la formalización de toma de decisiones; ambos economistas compartieron el primer premio Nobel de Economía, aunque el motivo por el que se les concedió era el desarrollo de modelos dinámicos para analizar los procesos económicos. Las ideas de Tinbergen fueron debatidas en su momento y cuestionadas por lo que implicaban de planificación de la economía frente a la tendencia dominante de regulación por el mercado. También se cuestionaba su planteamiento ajeno a la tendencia dominante de valorar las políticas por su efecto sobre el bienestar, en funciones que carecían de aplicación práctica y eran arbitrariamente establecidas para mostrar el carácter subóptimo y por tanto ineficiente de las políticas públicas. Puede verse sobre el particular Ruiz, G. (1976a, 1976 b,1975 y 1971).

Como puede observarse, se plantea por separado la posible congruencia de diferentes instrumentos con relación al objetivo, y de los distintos objetivos entre sí. Tinbergen trabaja, pues, con relaciones de un objetivo y un instrumento, seleccionando la relación que a priori pueda ser efectiva. Aunque un enfoque muy limitado, no deja de ser útil para conocer relaciones estructurales entre variables objetivos e instrumentos, y efectuar simulaciones.

La teoría de la política económica en este sentido puede verse en la obra de premios Nobel que se citan a continuación, entre los que no incluimos los análisis teóricos sobre equilibrios macroeconómicos. Así, Stigler, analiza los efectos no deseados de la regulación pública en industrias y mercados; Buchanan, las restricciones constitucionales a intervenciones de política económica; los efectos aceptables, no óptimos, de políticas, entre ellas la industrial, están en Stiglitz y Tirole; y políticas basadas en experimentos, evaluación de políticas públicas aislando el efecto de otras relaciones causales, en los trabajos de Banerjee, Duflo, y Kremer.  Ver Ruiz, G. (2024).

El precio de la electricidad, objetivo y políticas en el Informe Draghi

El precio comparativamente elevado de la energía en al UE, y su volatilidad, que impacta en sectores productivos, resta competitividad, y presiona la inflación y los tipos de interés, es un objetivo prioritario en el Informe.

Como políticas que podrían seguirse para abaratar la energía están las acciones sobre las causas que provocan el encarecimiento:

  • Dependencia de la UE de las importaciones de gas y exposición a mercados especulativos. Se insinúan políticas comunes, mencionando que en países con dependencias similares como Corea o Japón, las compañías y organizaciones estatales controlan los precios de importación
  • Impacto de precios marginales del gas y el carbón sobre la formación del precio de la electricidad. Esto se palió en España desvinculando los precios
  • Diferentes redes y formas de generación entre países de la UE, lo que sugiere más interdependencia
  • Deficientes soluciones contractuales que reducen la ventaja de las fuentes de energía, como ocurre con la diferencia entre lo que las compañías cobran y pagan a los clientes que generan energía
  • Precios muy altos del carbón
  • Alta volatilidad y mercados financieros no trasparentes para la energía
  • Cuellos de botella físicos en la red que pueden aumentar en la transición energética
  • Proceso lento e incierto para las nuevas instalaciones y redes
  • Altos y heterogéneos subsidios e impuestos

Sobre todos estos puntos se proporciona información comparable para los países de la UE.

Desde la perspectiva del análisis tipo Tinbergen, y aunque se sofisticara el cálculo estadístico, el problema se definiría como una relación entre el objetivo y cada uno de estos puntos, intentando establecer qué efecto tendría, por ejemplo, una armonización de impuestos, en el precio de la electricidad de cada país. Esto sería un análisis tipo cross section, donde para cada país y un número de períodos se calcularía la relación entre una serie temporal del precio de la electricidad y el tipo del impuesto. A partir de aquí se determinaría el tipo impositivo eficiente para la reducción del precio. Es, sin duda, un análisis simplista, con las limitaciones del enfoque de un objetivo y un instrumento, y aunque se realizara el mismo análisis, uno a uno, para todos los instrumentos, no recogería necesariamente la dinámica futura del precio.

El estimador Arellano-Bond

Mucho más sofisticado es el conocido análisis que desarrolló en su día Manuel Arellano, Arellano, M. (2018). Los autores plantean una cuestión de relación causal de cómo una política tiene un efecto en un resultado. Pero las políticas varían en sus efectos sobre, por ejemplo, sectores, territorios, y en el tiempo, que recoge cambios en el ámbito sobre el que se aplican las políticas, y la relación causal  que se dio en el pasado puede diferir en el futuro. Es tentador hacer depender los efectos de una política de resultados anteriores, aunque sea independiente de resultados presentes y futuros, pero no puede establecerse sin más una relación causal, por lo que se propone lo siguiente:

  • Tomar muestras de resultados y remover efectos que pueden considerarse fijos, independientes de la política, para aislar el efecto de la política sobre esos resultados
  • Cada desviación de la política respecto al resultado esperado se proyecta en distintos momentos, período a período, en lo que podría considerarse la historia de la política
  • Se controla por variaciones no observables, que pueden considerarse permanentes, y que confunden el verdadero impacto de la política
  • Se estima el coeficiente de regresión (MCO) de la desviación en los resultados sobre las desviaciones predichas de la política

Puede sintetizarse así:

No es extraño el interés que ha despertado el estimador Arellano-Bond puesto que, con todas las dificultades que conlleva estimar el efecto de una política sobre un objetivo, un resultado, plantea ingeniosamente un análisis de la historia de la relación causal, y aprendemos de relaciones que se han dado. Las implicaciones son diversas, por ejemplo, cuando queremos ver el efecto de resultados de situaciones pasadas sobre las actuales, un posible carácter exógeno sólo puede ser analizado secuencialmente.

Si tomamos el caso de la electricidad, y quisiéramos analizar el efecto de los impuestos sobre el precio, que llevaría implícito un posible efecto de la demanda y del precio, además del efecto directo, la historia de estas relaciones para períodos relativamente recientes, y también para una muestra de países en la UE. Esta es una sugerencia a explorar por nuestros jóvenes investigadores, para establecer relaciones de causalidad cuantificadas entre alguno de los objetivos que se proponen en el Informe Draghi, como reducción del coste de la energía, y políticas para producir esos resultados.

Resumen de ideas

  1. El Informe Draghi plantea una cuestión que considera existencial para la UE como es la compatibilidad de objetivos de liderazgo, independencia, modelo social, que sólo puede conseguirse mediante la tecnología y aumento de la productividad.
  2. Hemos dejado sin tratar temas relevantes como la demografía, sobre lo que resulta difícil actuar en el corto plazo, pero se destacan cuestiones como las relaciones entre la política industrial y la digital; y la definición de objetivos básicos que van desde acelerar la innovación a una mayor coordinación y gobernanza en la UE.
  3. Se analiza la posición competitiva en tecnología; el impulso público; la regulación y la innovación; y el papel de la Universidad en el avance tecnológico. Sobre estas cuestiones se proponen reflexiones y posibles discusiones.
  4. El enfoque objetivos-instrumentos ha sido secularmente tratado en la teoría de la Política Económica, y aquí recordamos el enfoque clásico de Jan Tinbergen, que analiza individualmente objetivos e instrumentos; y el estimador Arellano-Bond, que enriquece el análisis viendo relaciones por etapas entre políticas y resultados, con aplicaciones diversas para establecer relaciones causales. Como ejemplo que podría formalizarse, ponemos el objetivo de reducción del coste de la energía, y las variables de que depende, que es un tema recurrente en el Informe Draghi.

 

Bibliografía

Arellano, M. (2018), What does the Arellano-Bond estimator do? Class Notes, September 20.

Draghi, M. (2024), The future of European competitiveness. Part A: A Competitive strategy for Europe. Part B: In-depth analysis and recommendations, September.

Ruiz, G. (2024), La enseñanza de la economía en la obra de los premios Nobel. Presentación en la Conferencia de Decanos de Facultades de Economía, Málaga, abril.

Ruiz, G. (1975), Posibilidad de fijar objetivos a través del análisis cross section, Cuadernos de Economía, 3.8.

Ruiz, G. (1976 a), En honor de Jan Tinbergen, Cuadernos de Economía, 4, 10.

Ruiz, G. (1976 b), Fundamentos de teoría de política económica cuantitativa, Instituto de Estudios Económicos.

Ruiz, G. (1971), Encaje de los modelos econométricos en el enfoque objetivos-instrumentos relativos de política económica, Fundación Juan March, Serie Universitaria.

Tinbergen, J. (1952), On the Theory of Economic Policy, North Holland.



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